sábado, 15 de septiembre de 2012
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Obras que generan el amor por Allah
Obras que generan el amor por Allâh
Jutbah del Viernes | |
Viernes 14 de Septiembre de 2012
Ÿumu‘ah, 27 de Shauwâl de 1433
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hermanos y hermanas, la Jutbah de este viernes es un recordatorio de aquellas obras que generan el amor por Allâh:
Abû Hurariah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Cuando Allâh ama a un siervo llama a Ÿibrîl (‘alaihis-salâm) y le dice: “¡oh Ÿibrîl! Allâh ama a fulano, ámalo tú también”. Entonces Ÿibrîl (‘alaihis-salâm) lo ama y reúne a los ángeles y les dice: “Allâh ama a fulano, amadlo vosotros también”. Entonces los ángeles lo aman y luego se decreta que sea amado en la tierra por todos lo que lo rodean”.
El amor a Allâh es la base del Islam, pues la fe en la unicidad divina se fortalece y debilita de acuerdo al grado de amor que el siervo sienta por Allâh. Allâh dice en el Sagrado Qurân: “Hay hombres que toman en lugar de Allâh a otras divinidades, y las aman igual que a Allâh; pero los creyentes aman más a Allâh de lo que éstos aman a sus divinidades” (Sûrah Al-Baqarah [2], âyah 165).
Ânas Ibn Mâlik (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “La persona sólo podrá saborear la dulzura de la fe cuando alcance tres características: Amar a Allâh y a Su Mensajero más que a nadie en el mundo, amar sólo por Allâh y detestar regresar a la incredulidad tanto como detestaría ser arrojado al fuego”.
El Imâm Ibn Al Qaiyim (rahimahumullah) menciona diez obras que generan el amor por Allâh:
1) Leer el Sagrado Qurân y reflexionar sobre su contenido.
Allâh dice: “Es un Libro bendito, que te hemos hecho descender, para que mediten sus signos y para que recuerden los que saben reconocer lo esencial” (Sûrah Sâd [38], âyah 29); Y dice también: “¿Acaso no meditan el Corán o es que tienen cerrojos en el corazón?” (Sûrah Muhammad [47], âyah 24).
2) Aproximarse a Allâh mediante la realización de oraciones voluntarias luego de las obligatorias.
Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Mi siervo no se acerca a Mí con algo más querido para Mí que cumpliendo con lo que le he ordenado, y si Mi siervo sigue acercándose a Mí a través de los actos voluntarios Yo lo amaré. Y cuando lo ame seré su oído con el que escucha, su vista con la que ve, su mano con la que golpea y su pierna con la que camina. Si Me pide algo se lo concederé, y si busca refugio en Mí lo protegeré”.
3) Tener presente a Allâh en el corazón en todo momento e invocarle siempre.
Allâh dice en el Sagrado Qurân: “Los que creen y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allâh. ¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allâh con lo que se tranquilizan los corazones?” (Sûrah Ar-Ra’d [13], âyah 28). Por su parte, Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) transmitió de su Señor: “Yo seré con Mi siervo de la forma que él Me considere y siempre estaré con él cuando me invoque. Si Me recuerda en su interior Yo lo recordaré en el Mío y si Me recuerda frente a un grupo de personas Yo lo recordaré frente a una corte de ángeles”.
4) Priorizar aquello que complace a Allâh sobre las propias pasiones.
Allâh dice en el Sagrado Qurân: “Di: Si vuestros padres, hijos, hermanos, esposas, vuestro clan familiar, los bienes que habéis obtenido, el negocio cuya falta de beneficio teméis, las moradas que os satisfacen, os son más queridos que Allâh, Su mensajero y la lucha en Su camino... Esperad hasta que Allâh llegue con Su orden. Allâh no guía a gente descarriada” (Sûrah At-Taubah [9], âyah 24). Es importante saber qué es lo que Allâh quiere de Sus siervos y qué actos Le complacen y priorizarlos a los propios placeres y pasiones. Ânas Ibn Mâlik (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Ninguno de vosotros creerá realmente hasta que yo sea más amado para él que su padre, hijos y demás seres queridos”.
5) Conocer los nombres y atributos de Allâh y comprender profundamente su alcance.
Allâh dice en el Sagrado Qurân: “Y Allâh posee los nombres más hermosos. Llamadlo con ellos y dejad a los que cometen aberraciones con Sus nombres. Se les pagará por lo que hicieron” (Sûrah Al-A’raf [7], âyah 180).
6) Contemplar las gracias y bendiciones que Allâh concede a Sus siervos.
Allâh dice: “Y os ha dado de todo lo que habéis pedido. Si tratáis de contar las bendiciones de Allâh, no podréis enumerarlas; es cierto que el hombre es injusto, ingrato” (Sûrah Ibrahim [14], âyah 34); Y dice también: “Los dones que tenéis vienen de Allâh. Sin embargo, cuando os toca algún mal, es cuando Le imploráis.” (Sûrah An-Nahl [16], âyah 53). Y por cierto que la guía hacia el Islam es la mayor gracia que Allâh concede. Dice en el Sagrado Qurân: “Hoy os he completado vuestra Práctica de Adoración, he culminado Mi bendición sobre vosotros y os he aceptado complacido el Islam como Práctica de Adoración” (Sûarh Al-Mâ.idah [5], âyah 3).
7) Emocionarse cuando se invoca a Allâh.
Cuando se invoca a Allâh es importante recordar las gracias que Él nos concede en todo momento y también los propios errores y faltas, pues reconocer las gracias lleva al agradecimiento y el agradecimiento genera amor y reconocer los propios errores y faltas lleva a actuar con humildad y recordar la necesidad que los hombres tienen de su Creador en todo momento. Por su parte, Shaddâd Ibn Aus (radiallâhu ‘anhu) narró que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “La mejor invocación para pedir perdón a Allâh es la siguiente: ¡Oh, Allâh! Tú eres mi Señor, no hay otra divinidad salvo Tú. Me Has creado y yo soy Tu siervo; mantengo mi pacto y promesa contigo como mejor puedo. En Ti me refugio del mal que haya cometido. Reconozco Tus gracias para conmigo y también reconozco mis pecados; ¡perdóname! porque nadie sino Tú perdona los pecados”.
8) Levantarse en el último tercio de la noche para adorar a Allâh, recitar el Sagrado Qurân e invocarle.
Allâh dice: “Era poco lo que dormían de noche, y en el tiempo anterior al alba pedían perdón” (Sûrah Adh-Dhuriyât [51], âyât 17 y 18). Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) relató que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Nuestro Señor desciende a los cielos el último tercio de cada noche y dice: A quien Me esté suplicando le responderé, a quien Me esté pidiendo algo se lo concederé y a quien Me esté pidiendo perdón por sus pecados lo perdonaré”.
9) Relacionarse con personas de conocimiento, piadosas y sinceras para aprender de ellas.
‘Umar Ibn Al Jattâb (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Si no fuera que amo luchar por la causa de Allâh, levantarme a adorar a Allâh por las noches y sentarme con aquellos que hablan con conocimiento y sabiduría no quisiera estar en esta vida”.
10) Alejarse de todo aquello que se interponga entre Allâh y el corazón.
Hermanos y hermanas debemos recordar que es mediante estas obras que se fortalece el amor por Allâh y se alcanza un grado muy elevado de fe, y que cuando Allâh ama a un siervo lo protege y colma de bendiciones.
Hermanos y hermanas, roguemos a Allâh para que nos de la capacidad aprender y practicar. Amîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh
Tomado de Islam en chile
|
Suscribirse a:
Entradas (Atom)